SORORIDAD
Ese término tan ansiado por todas. El feminismo ha estado tan dividido durante tantos años, que no es de extrañar que siga así aún en tiempos de inestabilidad mundial.
Y es que, lejos de que la unión haga la fuerza, nos empeñamos en no admitir cual es la raíz de las desigualdades, dentro de un movimiento que debiera ser tan homogéneo como el feminismo, la sororidad.
Debemos recordar como compañeras y hermanas que uno de los colectivos más perjudicado por esta crisis somos nosotras, las mujeres. Porque sí, las mujeres somos un colectivo.
Las mujeres, aquellas esclavas del sector servicios, las cajeras, las limpiadoras, las camareras, las profesoras, las auxiliares y las enfermeras entre muchas otras. Pero sin olvidar también el pluriempleo de muchas que conllevan los roles familiares, agravados por el cese de la presencialidad de clases escolares entre otros factores.
Sororidad también son nuestras compañeras trans y racializadas y precarias, las víctimas de la violencia patriarcal y de la salarial.
Sororidad es ahora y es siempre.
Pero sobre todo, es ahora.
Alma de No-Louis Cañuelo.
Comentarios
Publicar un comentario